martes, 5 de julio de 2022

Santi en el universo

Llevaba cuatro meses luchando contra las secuelas del covid y no nos enteramos hasta ayer por un wasap repentino de su hija Estefanía, en el que nos informaba de su muerte después de la lucha contra la enfermedad. Así era de discreto Santi Domínguez, otro amigo coruñés que perdemos en la distancia, engrosando una lista que ya se va haciendo dolorosamente extensa. Vivíamos en el mismo barrio, Os Mallos, nuestras hijas iban al mismo colegio y teníamos amigos comunes. Trabajaba como comercial en Renault (hasta que un expediente de regulación de empleo lo dejó en la calle), pero era un genio con los aparatos eléctricos y luego los electrónicos y los ordenadores… toda la nueva tecnología que iba llegando. Le gustaba recorrer la geografía gallega en su tiempo libre, con su mujer, Chelo, y sus hijas Estefanía y Miriam, una afición heredada por su hija Estefanía que vuelca en sus maravillosos dibujos toda la magia del paisaje de su tierra. Pero la pasión de Santi era la astronomía. Tenía un telescopio en casa con el que observaba el universo desde un tercer piso. Será fácil recordarlo: cuando miremos al cielo en una noche estrellada, contemplaremos el mismo universo del que Santi siempre supo que formaba parte.

                                   La última foto que nos hicimos juntos, en junio de 2018, en su casa. De izquierda a derecha, Estefanía, Chelo, María Luisa, José Antonio y Santi