viernes, 12 de septiembre de 2014

Homenaje embarullado a Paco de Lucía

"Paco vivió con el tono y la pasión de lo verdadero". Esta frase la he oído esta mañana en la información de Radio Sevilla. Me fue imposible oírlo ayer por la tarde, a pesar de que estaba como a tres o cuatro metros de la persona que la pronunció, Pepe de Lucía, que leyó un manifiesto de homenaje a la memoria de su hermano, el genial guitarrista Paco de Lucía, homenaje que le rendía un grupo de guitarristas, que se reunieron con tal fin en la plaza de San Francisco, de Sevilla, a tocar las piezas del gran genio de la guitarra. 
No sé si la iniciativa de ese homenaje callejero y entrañable fue de los propios guitarristas o de la Bienal de Flamenco. En cualquier caso, la Bienal lo arropaba y tenía puestos allí un par de carteles. Tampoco sé quién puso las sillas, si la Bienal, el Ayuntamiento o alguien que pasaba por allí. Al parecer, estaban destinadas a los guitarristas, pero fueron ocupadas en su mayor parte por el público que esperaba. A algunos asistentes se les hizo levantar explicándoles que eran para los guitarristas, pero luego se sentaron otros que no tocaban la guitarra. En realidad, no había un espacio definido ni para los guitarristas ni para el público. No sé si la intención era precisamente que todo quedara revuelto, espontáneo. Lo que quedó fue confuso y cutre. Por eso, cuando alguien pidió silencio para empezar el acto, sonaba a sarcasmo, en medio del barullo de la gente en una plaza por donde circulaban vehículos... y sin un puñetero micrófono y altavoz con el que hacerse oír. 
De la intervención de Pepe de Lucía sólo se enteraron los que estaban al lado, entre ellos, claro, las cámaras y micrófonos de los medios de comunicación. De las guitarras algo se adivinaba, pero nada parecido a una audición en serio. Si lo único que querían era que lo grabasen las televisiones y las radios, lo podían haber hecho sólo con ellas y no jugar al espectáculo callejero. 
Esta noche en el Teatro de la Maestranza habrá otro homenaje, esta vez a Enrique Morente, que seguramente va a ser muy distinto, no sólo porque va a ser en un espacio muy definido y perfectamente equipado, sino porque los asistentes pagan y los artistas cobran. ¿Estará ahí la clave?
En el fondo, me alegro por la memoria de Paco de Lucía. Quedaba más ajustado a su pasión por lo verdadero ese homenaje embarullado que ha dejado clara la verdadera dimensión de desprecio que algunos animadores del poder sienten por el genio de un arte popular.