lunes, 29 de abril de 2013

Fernando Castelló, una referencia personal


Fernando Castelló


Me enteré de su muerte anoche. Había estado desconectado el fin de semana en Cádiz y justamente cuando estaba a punto de coger el coche para volver a Sevilla, me llamó mi amigo José María Núñez para comentarme que había leído en "ABC" la noticia de la muerte de Fernando Castelló. Para él, como para mi, era una referencia de los viejos tiempos, cuando hacíamos lo que podíamos para luchar contra la dictadura franquista, Fernando, desde luego, más que nosotros, desde su compromiso comunista, que compartí hasta que creí que, con la llegada de la democracia, podía liberarme de ese compromiso, concebido en su día como una especie de obligado trabajo de emergencia, y dejar el puesto a quienes pudieran o quisieran dedicarse de lleno a la política. Fernando también se centró en su trabajo profesional, pero, si de la política se retiró él, de la profesión lo echaron, como recordaba él mismo, hace catorce años, en aquel espléndido artículo titulado Jubilados al amanecer: http://elpais.com/diario/1999/01/30/sociedad/917650812_850215.html, aunque, en compensación, realizó una espléndida tarea de activista por la libertad de expresión en todos los lugares del mundo desde su puesto dirigente en la organización internacional Reporteros sin Fronteras.
Trabajé con Fernando Castelló, entre 1965 y 1967, en el semanario económico El Europeo. Yo era entonces un aprendiz de periodista, obligado a trabajar antes de acabar la carrera por haber perdido una espléndida beca en el Colegio Mayor Pío XII, en una de las purgas periódicas contra los alumnos que se tomaban demasiado en serio la doctrina social de la Iglesia. Nunca pude agradecerle lo suficiente a Fernando cuanto aprendí de él, tanto en lo profesional como en lo personal, con dos notas predominantes: rigor e integridad. En los años setenta seguimos manteniendo el contacto en trabajos de movilización de los periodistas contra la dictadura, cuando tratábamos de recuperar para la libertad y la profesionalidad aquellas asociaciones de la prensa secuestradas por el franquismo.
Luego llegó lo que podríamos llamar normalización democrática del país y nuestra separación geográfica (él siguió en Madrid y yo anduve primero por Galicia y últimamente por Andalucía) fue espaciando nuestras relaciones. La noticia de su muerte me ha pillado completamente desprevenido. Y me siento un poco huérfano, al perder una de las personas que significó para mi algo más que un compañero y un amigo. Fernando Castelló significó para mi, además, la referencia del periodismo que se podía hacer durante la dictadura y del periodismo que había que hacer en democracia y que, por diversas razones, se nos ha ido degradando en los últimos tiempos de componendas y corrupción.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/28/actualidad/1367101749_999886.html